5 Rutinas que cambiarán tu Cotidiano

Este texto sobre empoderamiento personal está basado en 5 rituales, en 5 rutinas o hábitos que sería muy interesante que incluyerais en vuestra vida porque de verdad pueden marcar la diferencia.

Si te encuentras ahora mismo en la búsqueda de higiene mental, una higiene mental que uno se plantea hacer desde cierta dieta mental, cuando uno quiere desintoxicarse de unos hábitos limitantes que todos vamos arrastrando, no te pierdas los 5 puntos que voy a explicar a continuación y su impacto positivo en los procesos neurobiológicos.

Son 5 rutinas mentales que os pueden aportar un boost de felicidad extra en ese día a día que a veces se hace un poco cuesta arriba.

Primera rutina

Verbaliza las emociones negativas, verbaliza los pensamientos desagradables o negativos cuando éstos te vengan en mente. Cuando inicies esa batalla mental, con ese recuerdo, con ese pensamiento intrusivo, con esa obsesión o impulso, te animo a  que le pongas voz a ese movimiento interno si te encuentras en un ambiente de intimidad, porque si estás en el trabajo y empiezas a verbalizar en voz alta:  “tengo el pensamiento de sentirme observada por todos”, créeme que te van a observar.

Acostúmbrate a decir en voz alta lo que sientes cuando te encuentres en un ambiente seguro.

Cuando sentimos una emoción negativa, el sistema amigdaliano, que forma parte del sistema límbico se activa, e activa el sistema neurálgico de las emociones y del universo afectivo.

Está demostrado que cuando verbalizamos esa emoción percibida, es el córtex prefrontal el que se activa, reduciendo la actividad de la amígdala. Pensad que el córtex prefrontal es el centro de decisiones donde están todos nuestros expertos reunidos, tomando las decisiones importantes de nuestras vidas.

De alguna manera, cuando verbalizamos lo que nos pasa, hacemos que la información viaje de una zona emocional, a una zona más racional; por lo tanto, el nivel de intensidad se reduce considerablemente y, lo mejor de todo es que, las decisiones que vayas a tomar, saldrán  de una manera más equilibrada porque habrás hecho un razonamiento del asunto más desligado del componente emocional; y  es que, reconocer lo que nos está pasando, es de alguna manera tomar conciencia ello y, sólo cuando tomamos conciencia de lo que nos ocurre,  podemos gestionarlo, ya sea asumiéndolo o tomando decisiones.

Para que quede claro este punto, lo que estoy haciendo cuando reconozco lo que me sucede, es hacer que la información viaje a otra estadio donde es más fácil de gestionar, siendo una gran herramienta que va a poner en jaque a nuestro Ego, porque lo que hacemos normalmente es evitar o suprimir las emociones al no tener ganas de sentirnos mal.

¿Y qué pasa cuando niego una emoción?

Sucede que aumento su impacto en mí, ya que, todo lo que evito mirar de mi mismo, todos esos movimiento internos incómodos se van a quedar impregnados en mí a la espera de ser mirados, en forma de ansiedad, de inquietud, insomnio, ira, miedos, preocupaciones, paranoia

Por lo tanto, esta rutina es algo increíble, de hecho es una cosa que muchas personas hacen de manera natural cuando hablan solos.

Cuando verbalizamos en voz alta, estamos buscando comprender, tomar conciencia, ponerle palabras a lo que nos pasa lo que permite que podamos expresar nuestras emociones de manera constructiva y vemos que lo que era una cosa, en realidad esconde otra bien distinta.

No olvides que el objetivo es ser conscientes para afinar en nuestro proceso de vida.

Rutina número 2

Haz mini paradas mentales periódicas. Este tipo de dieta mental te permite desintoxicarte durante un largo día de trabajo. Se trata de descansos cortos de inactividad durante unos minutos, pero no es un descanso que te permita ponerte a con el móvil, no, se trata de parar toda actividad de manera periódica para estar sin hacer nada de nada durante algunos minutos.

Lo expliqué en uno de los vídeos de mi canal vídeo hace algún tiempo. Es una técnica para aprender que utilizo mucho,  justamente la de parar durante algunos minutos y dejar la mirada perdida en una pared, por ejemplo, cuando llevo unos cuarenta  minutos estudiando algo.

¿Por qué hacer esto? Os preguntaréis. Pues porque dejas un espacio para que la información que acabas de absorber se acomode en tu cerebro, encuentre su lugar en él. Ese espacio va a ayudarte a generar las conexiones sinápticas de una manera más eficiente y profunda. Fíjate en un bebé de unos meses de edad, cuando le estamos dando el biberón, por ejemplo, el bebé está ahí, comiendo, mirándolo todo y de repente para, se queda inactivo unos segundos, un minuto y luego sigue como si nada; por lo tanto se trata una habilidad innata que tenemos pero que vamos perdiendo a lo largo de nuestro crecimiento.

El bebé no hace esta mini parada porque sí, sino que es una forma de integrar la información

en ese proceso de conexiones sinápticas masivas que tienen lugar en su gran cerebro y dar espacio, permitiendo que la información se consolide mejor.

Esta rutina, además de mejorar tu tasa de aprendizaje, te va a ayudar a recuperarte del cansancio y a ir recogiendo pequeñas dosis de energía a lo largo del día ya que te estarás dando unas vacaciones mentales en tu cotidiano.

Y encima son gratis, así que ¿por qué no probarlo?

Tercera rutina

Cada mañana cuando te levantes, lo primero que te invito a hacer, antes de mirar el instagram, antes de hacer cualquier cosa, es preguntarte cómo estás y cómo has dormido para después hacerte la gran pregunta del día. ¿Qué puedo agradecer hoy?

Un estudio realizado en la universidad de California, conjuntamente con la universidad de Miami ha demostrado que practicar la gratitud activa una serie de neurotransmisores como la Dopamina y la Serotonina que hace que nos sintamos mejor, más sanos emocionalmente y físicamente.

Las personas que cada día evalúan su tasa de gratitud, es decir que se toman su tiempo para agradecerle al universo, a la vida o a sí mismos lo que tienen, disfrutan de una mejor calidad de vida y son más felices que aquellos que no lo hacen. Lo más importante aquí no es el hecho de agradecer, sino la búsqueda de aspectos que nos invitan a agradecer;  cuando empezamos a buscar esos momentos de felicidad, es cuando más dopamina segregamos, Encontrar diferentes aspectos a agradecer es lo que marca la diferencia aquí, porque si cada día agradeces las mismas cosas, está muy bien, ya estás haciendo un gran trabajo, pero el impacto es menor por mecanismos de normalización.

En cambio, si cada día encuentras una cosa nueva por la que sentirte agradecido,  tu día va a cambiar por completo, te vas a sentir pleno, seguro y proactivo con ganas de ofrecerte al mundo. Cuando practicamos la gratitud de esa manera,  sucede algo increíble, mejoramos en todos los ámbitos de la vida, en el trabajo, con la familia y con nuestras relaciones sociales dado que,cuando vivimos desde el agradecimiento, somos agradecidos por los demás también; se puede ser agradecido y crítico constructivo también, no es incompatible.

Cuarta rutina

Busca la manera de jugar con otras personas, busca la manera de jugar desde lo físico, desde el contacto, hazle cosquillas a tu pareja, abraza a ese amigo que tanto quieres, juega con el perro del vecino, porque necesitamos a los demás para crecer en esta vida, es muy importante el feedback de los demás, el cariño de los demás, la aceptación de los demás y todos lo necesitamos.

Piensa que el aislamiento social es destructor, así que creo que es un buen momento para apuntarse a ese curso de baile que siempre has querido hacer o a teatro; si eres padre o madre, juega cada día con tus hijos, no sabes el impacto positivo que representa ese momento de juego, de contacto físico para el buen desarrollo neural de tus hijos y para el tuyo también.

Cuando tocamos a alguien desde el juego, cuando se da un contacto desinteresado por la inercia del juego, estamos generando oxitocina, que es la hormona del vínculo afectivo y de la felicidad. Es la hormona encargada de hacer que te sientas querido por los demás, que te sientas aceptado por el grupo, así que no te lo pienses y juega.

Os propongo un ejercicio

si queréis experimentar desde la toma de conciencia, lo que uno siente cuando libera grandes cantidades de oxitocina.

Haced lo siguiente: dadle la mano a alguien que esté en vuestra casa, con su consentimiento y de manera respetuosa obviamente; cuando lo hagas, te animo a que cierres los ojos y notes el efecto que produce en ti, a nivel de sensación porque la oxitocina es muy de sensación. Cuando lo hagas, si quieres puedes escribir en un papel lo que has experimentado, porque jugar es maravilloso pero jugar con conciencia es otro nivel, ya que, no sólo estarás jugando, sino que estarás trabajando la confianza, la reducción del estrés emocional, el vínculo afectivo, y la empatía.

Lee bien lo siguiente porque no te va a dejar indiferente. Se está demostrando que los bajos niveles de oxitocina están relacionados con los déficits cognitivos y emocionales de psicópatas y sociópatas. Tiene sentido, porque sin esta hormona, uno no puede empatizar.

Quinta rutina

Ésta se la dedico a todos mis amigos perfeccionistas, aquellos que se autosabotean diariamente con niveles de autoexigencia descomunales.

Toma decisiones,  toma decisiones cada día, sobre todo si tienes tendencia a tener ansiedad o a ser víctima de tu propia autoexigencia, aquélla que nos bloquea muchas veces.

Necesitas tomar decisiones. Las neurociencias han demostrado que el mero hecho de tomar una decisión rebaja la ansiedad automáticamente, además de contribuir a la resolución de conflictos. Bien es cierto, que si estás en un momento de crisis emocional muy alterado, muy desbordado emocionalmente, no te recomiendo que tomes decisiones importantes porque necesitamos estar estables anímicamente para ello. Sin embargo, puedes tomar pequeñas decisiones que no impliquen movimientos importantes para ti porque, cuando uno decide tomar una decisión, no de manera impulsiva sino meditada, aunque sea muy pequeña, empieza a generar intenciones, a fijar objetivos, a evaluar estrategias, a considerar todas las alternativas posibles para justamente tomar esa decisión.

Se da un movimiento cognitivo importante en el centro neurálgico de la toma de decisiones, en la parte racional de nuestro cerebro, la misma que se activa cuando verbalizamos los pensamientos negativos y nos interesa activar esa zona del neocórtex, para que nuestra amígdala esté calmada cuando te entrenes a tomar decisiones en tu día a día. Te vas a dar cuenta que lo importante no es encontrar una solución a lo que te preocupaba, sino ocuparte de ello de alguna manera, porque, cuando te ocupas de ello, te estás accionando y haces que el impacto emocional de ese tema vaya bajando. Quizás, después de la toma de decisiones,  el problema siga ahí, pero su repercusión en ti habrá cambiado.

No esperes a tomar la buena decisión, acciónate y experimenta lo que sientes; esa bajada de tensión, esa reducción inmediata del estrés, esa sensación de placer que sube de manera automática por el  incremento de dopamina que estás generando. Recuerda que la única manera de saber si la decisión que hemos tomado es la correcta es tomando justamente esa decisión.

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